La apropiación de tierras en Ucrania es de puerta trasera de Monsanto a la Unión Europea  

SURda

Ucrania

Ecología social

 

Traducción: Fernando Moyano *

 Oriental Review, 06 de abril 2015 

La búsqueda de las legendarias tierras negras de Ucrania ya está por llegar a su fin. Para consternación de los agricultores franceses, polacos y alemanes la  corporación agrícola multinacional Monsanto y también DuPont Pioneer y John Deere se han complotado para el acaparar el acceso al mayor mercado agrícola en Europa del Este. Esto pronto remodelará el mercado de los productos agrícolas en la Unión Europea y significará la ruina para los agricultores europeos. 

En noviembre de 2013 la Confederación Agraria Ucraniana decretó una modificación en las leyes que beneficiará a los productores agrícolas globalizados al permitir el uso generalizado de semillas modificadas genéticamente. Sumido en los dramáticos acontecimientos políticos de ese país, este giro pasó casi desapercibida, aunque Monsanto ha estado presionando por esto en el mercado agrícola de Ucrania desde hace tiempo. Ya en 2007, la embajada de Estados Unidos en Kiev exigió que el gobierno de Ucrania tomase medidas contra los vendedores de semillas "falsas" (es decir, los productores que compiten con las transnacionales). 

Cuando se legalizaron los cultivos transgénicos en Ucrania en 2013, se plantaron de esta forma hasta un 70% de todos los campos de soja, 10-20% de los campos de maíz, y más del 10% de todos los campos de girasoles, según diversas estimaciones. Eso equivale a alrededor de un millón de hectáreas de cultivos transgénicos (3% de las tierras agrícolas totales del país), y en aumento . Dejando de lado por el momento la polémica general acerca de los peligros de los organismos genéticamente modificados, vamos a considerar tan sólo a como la incautación del mercado ucraniano por las multinacionales estadounidenses de agronegocios afectará la economía de la UE. 

Desde mediados de los años 90, los ucraniano-americanos a la cabeza del Consejo Empresarial EEUU-Ucrania han sido fundamentales para fomentar el control extranjero de la industria agrícola ucraniana. En dos o tres años, cuando las disposiciones pertinentes del Acuerdo de Asociación entre Ucrania y la UE entran en vigor, los esfuerzos de monopolización de Monsanto van a transformar el mercado ucraniano en un oligopolio formado por las empresas estadounidenses. 

Si bien los medios de Kiev están inundados de retórica patriótica, es poco probable que las figuras heroicas reaparezcan para defender los derechos de nuevos generaciones de ucranianos que viven y trabajan en esa  tierra. Los estándares intelectuales de la labor realizada por la Asociación Ucraniana de grano, por ejemplo, la mayor organización que agrupa a los agricultores ucranianos, hace en sus comunicados de prensa una elocuente exhibición de estos valores, que no necesita más comentarios. 

En pocos años los productores agrícolas ampliarán el uso de la biotecnología con licencias de los EE.UU., a las que el artículo 404 del Acuerdo de Asociación con la UE se refiere sin ambigüedad como "mejores prácticas ... para las políticas agrícolas". Hacer que los productores agrícolas ucranianos sean dependientes de las semillas que son sólo están disponible en Estados Unidos es parte de una campaña de relaciones públicas de incansable promoción de la tecnología de los organismos genéticamente modificados (OGM) en toda Europa que blande palabras clave como "innovación", "biotecnología", y "mercado común de la UE". 

En los próximos años, como adendas al Acuerdo de Asociación entre Ucrania y la UE que entra en vigor, Monsanto cuenta con un aumento significativo de la superficie de tierras de cultivo de OMG en Ucrania. Después van a empezar a llevar a cabo su papel como potencia colonial, capturando los beneficios de los mercados emergentes, y ya se sabe que esta historia no tiene un final feliz, por el antecedente de la India. La empresa Monsanto ha provocado desde hace unos años, una serie espantosa de suicidios en masa entre los agricultores locales, según Times of India. 

Debido a los déficit presupuestarios y su dependencia del FMI, los bancos de Ucrania están ahora sólidamente atados a la financiación externa. Los préstamos del FMI y la asistencia del Banco Mundial y otras organizaciones supranacionales son garantizados por la rica tierra negra de Ucrania, en los hechos y también jurídicamente. Los b ancos locales sólo ofrecen crédito en condiciones favorables a los agricultores que acepten usar herbicidas certificados.  Naturalmente aquellos son fabricados por Monsanto. La empresa recibirá un ingreso estable de esa preciosa tierra negra hasta dejar seco el suelo fértil. 

Una prueba más de que los inversionistas estadounidenses aprecian sinceramente el valor de la tierra negra de Ucrania se puede ver en la reciente adquisición po r el fondo de inversión Siguler Guff & Co del 50% de la participación en el puerto ucraniano de Illichivsk, que se especializa en las exportaciones agrícolas. 

Ucrania controla un tercio de toda la tierra cultivable en Europa. La introducción precipitada de la biotecnología en los países en desarrollo conduce a resultados deplorables que son evidentes en América Latina y África. Pero los agricultores europeos se declararán en bancarrota mucho antes. Sus productos, que son producidos por los trabajadores de la UE, donde el precio del trabajo es bastante más alto, no pueden competir con la afluencia de productos OGM de Ucrania. 
Los agricultores polacos saben muy bien adonde lleva todo esto. N o pueden ganar una lucha judicial contra los abogados empleados por estos gigantes multinacionales, y en 2013 cambiaron de táctica pasando a las protestas masivas. 

Por el contrario, los productores agrícolas en Francia, Alemania y otros países de la UE todavía parecen indiferentes. La conclusión es que los agricultores europeos, que no se interesan mucho de la política, aún no han comprendido que la propaganda muy publicitada por Washington acerca de "trabajar por la democracia en Ucrania" tiene además otro objetivo: atar otro lazo alrededor  de la economía de Europa y sus productores agrícolas, y ponerlos de rodillas.

fernando moyano  
moyano.fer@gmail.com